jueves, 24 de mayo de 2012

Exploración física infantil

Ayer mi sobrino de 7 meses se puso malo, con fiebre y odinofagia. Así que como buena tía, fui a visitarlo, con fonendoscopio, otoscopio y depresor lingual. Una vez visitado y concluir mi coincidencia con el diagnóstico del CAP, me hicieron reflexionar sobre mi manera de explorar a mi sobrino respecto a cómo lo había realizado la pediatra del CAP. 

La exploración física infantil, en Noruega, se hace con el niño siempre en brazos de la madre. Intentando ser lo más suaves y amigables posibles. De hecho, en la consulta del médico de familia ( que ve de forma puntual a los niños, sólo en caso de enfermedad aguda y previa derivación de enfermería), hay una parte para los niños. En esa parte de la consulta vemos, todo de juguetes, fonendoscopios de plástico, jeringas de juguete, coches, muñecas y demás. Cuando pregunté cómo que eran tan dulces con los niños, H. me contestó que ante todo no quería traumatizar al niño, y que no lo viviera como una mala experiencia esto de consultar al médico, que sólo le faltaba esto a la pobre criatura, de que encima que se encuentra mal y muchas veces no entiende lo que le pasa, encima el médico te tratara malamente.

Durante mi tercer año de residencia he estado rotando durante 3 meses por pediatría. De los que 1 mes ha sido una rotación hospitalaria, 2 meses han sido ambulatorios. En mis meses de rotación, me he fijado que aquí persiste la idea de que ser amigable en una exploración física en niños, es llevar un muñeco colgado en el fonendoscopio. Integrar el juego durante la exploración física, para que el niño esté más relajado, parece carecer de sentido, lo importante es diagnosticar y que no se te pase nada. Con lo que he visto enfermera, madre y residente aguantando la cabeza y los brazos de las pobres criaturas para poder ver la orofaringe o tímpano. Para no hablar del fenómeno vacuna. 

Si yo me encontrara mal y angustiada porqué no sé qué es lo que me pasa, y para colmo me reciben extraños que me sujetan para meterme un palo en la garganta o un plástico por la oreja, por imposición,  a pesar de ser sanitaria y tener una edad más que razonable ya, también ofrecería resistencias. Creo que si que hay pediatras que intentan hacer las cosas de forma amigable, y quizás tengo un sesgo con mi visión, dado que sólo vi en Noruega a niños explorados por H (padre de 5 criaturas). Aquí también hay pediatras que creen que esto se puede hacer diferente. Que los niños sean pequeños de tamaño e inexpertos, no significa que no merezcan un poco de paciencia y cariño en nuestra forma de tratarlos.  Además, los niños enfermos expertos, son los más agradecidos del mundo, y son tan comprensivos cuando los exploras que se te parte el alma ....

" los niños son el reflejo de la bondad olvidada de los adultos"

2 comentarios:

  1. Soy pediatra en un pueblo. Tengo en mi consulta juguetes, animalitos de plástico y una cocinita. Realizo la anamnesis mientras el crío nos prepara cafelitos, dibuja o hace un puzle. Lo exploro sobre las rodillas de su madre o su padre. Le enseño a abrir la boca sin necesidad de depresor (venga, grita "Buzz Lightyeaaaar!!). Tocamos el cono del otosocopio para que el dedo quede transiluminado como el de ET. Escuchamos como el corazón del hermanito late más aprisa que el de papá. En 7 minutos. A veces más porque son los padres quienes necesitan más explicaciones, mientras mi pequeño paciente sigue jugando.
    Luego están las tecnologías para enviar hojas informativas o enlaces web para la familia.
    Y los MIR que rotan conmigo descubren que la atención primaria es un campo rico, donde se pueden hacer cosas interesantes. Donde la familia aprende junto a ellos mientras hacemos el diagnóstico diferencial del caso. Hacemos búsquedas bibliográficas, revisines de temas y pequeñas investigaciones.

    Yo también estuve en Noruega... hace 25 años.
    Y descubrí otras diferencias:
    - Las mujeres podían elegir la postura que les parecía más adecuada para dar a luz.
    - Podían elegir también entre varios tipos de analgesia en el parto.
    - Daban el pecho mucho más tiempo que en la España de entonces cuando yo acababa de terminar el MIR.
    - En la Helsestasjon (centro de salud) había enfermeras especialistas en educación para la salud.
    - Había ya grupos de voluntarios y ONG para ayudar a afrontar el duelo de la pérdida de un hijo...

    Yo no he podido cambiar el sistema, pero sí mi práctica. Yo ya era sensible hacia el malestar de los niños en la consulta y por eso, en cuanto tuve ocasión ¡zás! traje juguetes.
    Y sigo jugando ;-)

    Será por eso que todavía me gusta (MUCHO) mi profesión?

    Ana Martínez Rubio

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    1. Hola Ana!!!
      No sabes lo que me alegra poder leer tu comentario!!
      Supongo que disfrutar en cada momento de las pequeñas cosas, es lo que mantiene tu pasión por esta preciosa profesión y especialidad!!!!!!!!
      Esto resulta francamente inspirador!!!!!!
      Un abrazo enorme!!!!!!!
      Noe

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