Ayer mi sobrino de 7 meses se puso malo, con fiebre y odinofagia. Así que como buena tía, fui a visitarlo, con fonendoscopio, otoscopio y depresor lingual. Una vez visitado y concluir mi coincidencia con el diagnóstico del CAP, me hicieron reflexionar sobre mi manera de explorar a mi sobrino respecto a cómo lo había realizado la pediatra del CAP.
La exploración física infantil, en Noruega, se hace con el niño siempre en brazos de la madre. Intentando ser lo más suaves y amigables posibles. De hecho, en la consulta del médico de familia ( que ve de forma puntual a los niños, sólo en caso de enfermedad aguda y previa derivación de enfermería), hay una parte para los niños. En esa parte de la consulta vemos, todo de juguetes, fonendoscopios de plástico, jeringas de juguete, coches, muñecas y demás. Cuando pregunté cómo que eran tan dulces con los niños, H. me contestó que ante todo no quería traumatizar al niño, y que no lo viviera como una mala experiencia esto de consultar al médico, que sólo le faltaba esto a la pobre criatura, de que encima que se encuentra mal y muchas veces no entiende lo que le pasa, encima el médico te tratara malamente.
Durante mi tercer año de residencia he estado rotando durante 3 meses por pediatría. De los que 1 mes ha sido una rotación hospitalaria, 2 meses han sido ambulatorios. En mis meses de rotación, me he fijado que aquí persiste la idea de que ser amigable en una exploración física en niños, es llevar un muñeco colgado en el fonendoscopio. Integrar el juego durante la exploración física, para que el niño esté más relajado, parece carecer de sentido, lo importante es diagnosticar y que no se te pase nada. Con lo que he visto enfermera, madre y residente aguantando la cabeza y los brazos de las pobres criaturas para poder ver la orofaringe o tímpano. Para no hablar del fenómeno vacuna.
Si yo me encontrara mal y angustiada porqué no sé qué es lo que me pasa, y para colmo me reciben extraños que me sujetan para meterme un palo en la garganta o un plástico por la oreja, por imposición, a pesar de ser sanitaria y tener una edad más que razonable ya, también ofrecería resistencias. Creo que si que hay pediatras que intentan hacer las cosas de forma amigable, y quizás tengo un sesgo con mi visión, dado que sólo vi en Noruega a niños explorados por H (padre de 5 criaturas). Aquí también hay pediatras que creen que esto se puede hacer diferente. Que los niños sean pequeños de tamaño e inexpertos, no significa que no merezcan un poco de paciencia y cariño en nuestra forma de tratarlos. Además, los niños enfermos expertos, son los más agradecidos del mundo, y son tan comprensivos cuando los exploras que se te parte el alma ....
" los niños son el reflejo de la bondad olvidada de los adultos"